sábado, septiembre 16, 2006

NTC ... 241. Septiembre 16, 2.006

NTC … 241
Nos Topamos Con ... Año 6. Septiembre 16, 2.006
Cali, Colombia. Sur América.
“El humano se topa, como todo animal, con el universo;
pero el humano, idea mediante, lo transforma;
y se transforma a sí mismo en el proceso.”
XII FERIA DEL LIBRO PACIFICO de CALI.
POETAS Y AMIGOS EN ELLA
Mariela del Nilo (Alicia Arce de Saavedra),
poeta homenajeada en la XII Feria del Libro Pacífico. Cali, Sept. 8 - 18, 2.006
Clic en las fotos para ampliarlas
Poetas y amigos en la XII Feria del Libro Pacífico.

Julian Malatesta, Omar Ortiz, Judith Solarte, Juan Manuel Roca y Antonio Correa (Ecuador). Fotografía: archivo personal de O. Ortiz.

CONTENIDO

1.- "ROCABULARIO" del Poeta Juan Manuel Roca en la XII FERIA DEL LIBRO y en OTRAPARTE (Sept. 19, 2.006)

2.- "EL PRECIO DEL PLACER" de Fernando Calero de la Pava en la XII FERIA

3.- "LA REBELIÓN DE UN BURGUES. Estanislao Zuleta, su vida." de Fernando Vallejo Morillo en la XII FERIA.

4.- XII FERIA DEL LIBRO PACIFICO en CALI. Septiembre 8 -18, 2.006 http://ferialibropacifico.univalle.edu.co/ Allí todos los detalles, desarrollos y programaciones

5.- ¿ENSEÑAR A ESCIBIR? De El Cultural de España.

6.- AGUA. temas relacionados en TEMAKEL.

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1.- "ROCABULARIO" del Poeta Juan Manuel Roca ha estado en la XII FERIA DEL LIBRO y estará en OTRAPARTE (Martes, Sept. 19, 2.006)

EN LA FERIA (Sept 14, 2.006)

De derecha a izquierda: Julian Malatesta, Juan Manuel Roca, Rafael Escobar de Andreis y Gabriel Ruiz (de NTC …)

Esta y las siguientes fotografías: MIC de NTC … . Clic en ellas para ampliarlas

Los Poetas Juan Manuel Roca, lee textos de "Rocabulario", y Julian Malatesta (presentador)

“Rocabulario” en Otraparte ( http://www.otraparte.org/ )
Martes 19 de Septiembre. Hora: 7:00 p.m. Casa Museo Otraparte Cra 43A No 27A Sur - 11 MEDELLÍN. * 276 14 15. Entrada libre. Se puede utilizar el parqueadero del vivero La Campiña.
Editorial: Icono. Formato: 13 x 21,5 cm Número de páginas: 152 P.V.P.: $30.000. Precio durante la presentación: $25.000
Caratula: http://www.otraparte.org/actividades/literatura/img-literatura/rocabulario-2.jpg
Fuente: http://www.otraparte.org/actividades/literatura/20060919-rocabulario.html
—Martes 19 de Septiembre - 7:00 p.m.—
FOTO : Juan Manuel Roca http://www.otraparte.org/actividades/literatura/img-literatura/rocabulario-1.jpg (la de la carátula del libro pero de sombrero entero)
* * *
La persona que más ha influido en mí es Juan Manuel Roca, cuando era niño”. Juan Manuel Roca
* * *
Juan Manuel Roca, como poeta, novelista y ensayista, ha ido elaborando sin proponérselo un glosario de definiciones —¿o sería correcto llamarlas imágenes?— del mundo que lo circunda.
En una búsqueda exhaustiva, tanto en su obra literaria publicada como en su cuaderno inédito, Roca va “desencubriendo” un diccionario personal, un vocabulario que termina siendo —con el ojo avizor de su amigo Henry Posada Losada— un Rocabulario.
En los albores del camino, podemos encontrar al ARRIBISTA como aquel que “no tiene amigos, tiene peldaños”; decir del CIEGO que sus manos “están habitadas. En las aduanas no sospechan los paisajes que lleva escondidos en sus dedos”, y dar el valor que el ENEMIGO merece: “Los enemigos son muy útiles. Nos sirven para darle rostro a lo que odiamos de nosotros mismos”.
Y no podía faltar el término SOLEDAD: “Estoy tan solo, amor, que a mi cuarto sólo sube, peldaño tras peldaño, la vieja escalera que traquea”.
“La HISTORIA DE COLOMBIA está escrita, más que por la punta del lápiz, por el lado de la goma, por el extremo del borrador”, sentencia de manera cruda el poeta, y para rematar, escribe su propio EPITAFIO: “No estoy para nadie”.
Como dice Jaime Echeverri, “este libro es un verdadero festín del lenguaje, la inteligencia y el ingenio. Juan Manuel Roca brinda una vez más toda su riqueza verbal”.
Presentación de Juan Manuel Roca y su obra “Rocabulario” por Pablo Montoya,
director del doctorado en Literatura de la Universidad de Antioquia.
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R o c a b u l a r i o
—Fragmentos—
ALCOHOL
Lo malo del alcohol es que en medio de una desmesurada borrachera uno puede suicidarse y al otro día no acordarse de nada.
[“Prólogo”, en Cerrar la puerta.]
ATEOS
Hemos llegado al extremo de querer erigir la iglesia de los que no tenemos religión.
[Diario de la noche, cuaderno inédito.]
CASA
Quien construye una casa amputa la lejanía.
[Diario de la noche, cuaderno inédito.]
DESAMOR
Dice el proverbio chino que no es posible atrapar un gato negro en un cuarto oscuro, sobre todo si el gato no está en él. Por eso mismo, quizá, es que no logro hallarte en mi corazón.
[Diario de la noche, cuaderno inédito.]
DESNUDEZ
En un país inocente y desnudo, el strip-tease ocurre al revés. Una mujer desnuda en un tinglado empieza a ponerse ropas, con lentitud, cubriendo su piel hasta quedar completamente vestida. Al final, el absorto público se entristece: ella ha perdido la inocencia.
[Diario de la noche, cuaderno inédito.]
DISIDENTE
La supresión de quien disiente, la satanización de quien desafina en el coro o canta a capella, no es otra cosa que una muestra de impotencia cultural.
[Diario de la noche, cuaderno inédito.]
ESPEJO
Fabrico espejos, al horror agrego más horror, más belleza a la belleza.
[“Canción del que fabrica los espejos”, en Monólogos.]
FLACA
Una mujer delgada con el pelo al viento es como un estandarte, como un asta donde flota la más leve bandera.
[Diario de la noche, cuaderno inédito.]
IGUALDAD DE SEXOS
No es cierta la pregonada igualdad de los sexos. El de las mujeres es más hermoso.
[Diario de la noche, cuaderno inédito.]
MANO
Una mano traza la palabra pájaro, la otra escribe su jaula.
[“Parábola de las manos”, en Cantar de lejanía.]
NIEBLA
La niebla llega y se sienta a manteles en la mesa del comedor y todos metemos las manos en ella para sacar una naranja roja.
[“Dos sueños, dos imágenes”, en Las hipótesis de nadie.]
NIÑOS
Los niños son sin duda seres empoderados del espacio, curiosas entidades capaces de crear tormentas marinas con sólo agitar sus blancas mantas.
[Diario de la noche, cuaderno inédito.]
PODER
Con coronas de nieve bajo el sol, cruzan los reyes.
[“Epígrama del poder”, en País secreto.]
POESÍA
La poesía, esa araña que sube por la escoba que la barre.
[“Memoria del agua”, en Memoria del agua.]
POLÍTICO
Con qué franciscana humildad nos pide que lo elijamos para el alto cargo de verdugo.
[Diario de la noche, cuaderno inédito.]
RUIDO
Los niños ciegos reemplazaban el balón por una caja de lata y jugaban con el ruido. Cuando el ruido rodaba hacia algún lugar del patio, los niños lo perseguían, lo pateaban corriendo entre las sombras.
[“Mester de ceguería”, en Lugar de apariciones.]
SILENCIO
El silencio es una lengua muerta. Sólo algunos pocos lo conocen.
[Diario de la noche, cuaderno inédito.]
TRUEQUE
Mujer, te ofrezco mi soledad, dame tu compañía.
[Diario de la noche, cuaderno inédito.]
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El compilador: Henry Posada Losada
Foto: http://www.otraparte.org/actividades/literatura/img-literatura/rocabulario-3.jpg
Henry Posada Losada (La Ceja, Antioquia, 1958). Fue alumno del maestro Estanislao Zuleta en la Universidad del Valle, y se ha desempeñado como periodista cultural en los periódicos El Mundo de Medellín y El Occidente y El País de Cali, además de las revistas Kinetoscopio, Número, Diners, Puesto de Combate y Luna Nueva, entre otras.
Conduce el programa “Tintos y tintas” de la radio de la Universidad Nacional de Colombia, en el cual realiza entrevistas a destacados poetas, escritores, cineastas y artistas colombianos y de otros ámbitos.
En la actualidad dedica parte de su tiempo al ejercicio de la escritura y prepara su libro de poemas Pétalos de sangre.
* * *
Rocabulario de la lengua
Por Jaime Echeverri

No podemos negar que el poeta es el señor de la palabra. El lenguaje es su instrumento y debe mantener con él una relación múltiple. De amo a esclavo, es una. De servidor a amo, otra. Y, en el mejor de los casos, una relación de igualdad. Tal vez este sea el caso de Roca. Con una particularidad: la constancia. En sentido estricto sólo se es poeta exactamente en el momento de la creación, es decir cuando se escribe o se dice el poema por primera vez. Concluido el acto de creación, el autor pierde la posesión, o exagerando un poco, la iluminación, la gracia. Es su autor sí, pero no está ejerciendo, ha creado y al mismo tiempo dejado de crear. Su identidad se consuma y consume en el acto de la escritura. Desde esta perspectiva es difícil hallar al poeta que siga siéndolo después de escribir sus poemas. Tendríamos que encontrar a un ser que esté en ejercicio perpetuo. Y esto sólo ocurre cuando el poeta hace o pretende hacer de su vida un acto de creación. Pero Roca vive en constante ejercicio creativo y usa el lenguaje buscando en él sus múltiples sentidos.
Si se me permite un tecnicismo lingüístico, los juegos verbales son esencialmente hipersemánticos. En mayor o menor medida la composición literaria lo es, ya que en la expresión estética encontramos diversos grados de énfasis, o sea de significación. Planos semánticos que se entrecruzan para expresar o descubrir nuevos relaciones de sentido. La creación por medio de la palabra pone en acción un proceso que se desenvuelve estableciendo conexiones en diferentes niveles. Para lograrlo, el poeta acude a diversos tratamientos de la palabra, instrumentaciones variadas para decir con vivacidad lo que pretende. De allí la retórica, en el más puro de sus significados. Figuras literarias que intervienen la lógica, la fonética o la sintaxis para avivar o extraer significaciones o afinidades insospechadas hasta el momento de su expresión.
Rocabulario es un verdadero festín del lenguaje, la inteligencia y el ingenio. Henry Posada recoge parte de la riqueza verbal de uno de los mejores poetas colombianos. Si el poeta es, ante todo, el heredero del brujo de la tribu, Roca lo ratifica por su peculiar relación con la palabra. Una relación integral donde a veces es amo, otras esclavo y casi siempre su igual. Para que esto sea posible es preciso perder el respeto y estar dispuesto a extraer y exponer sus contenidos ocultos sin ningún asomo de reverencia. Encuentra así los nexos invisibles entre elementos dispersos, distantes y aparentemente opuestos. Ese es su secreto para llegar al fondo de las cosas. A lo esencial.
Cada creador tiene su manera peculiar de tratar el lenguaje, en un proceso de resignificación que instaura un nuevo orden e identifica su universo personal. Abierto o cerrado, oscuro o diáfano. El de Roca es, sencillamente, festivo, cargado de guiños al lector, para invitarlo a desbaratar con él el andamiaje del lugar común y crear así otra topología.
Se trata de travesura y atrevimiento, pero, ante todo, de la disección de los vocablos, para descubrir en su interior otros sentidos. Más que juegos de palabras o calambures, jitanjáforas —o como cada quien quiera llamarlos—, son deslumbrantes imágenes sonoras que estimulan el entendimiento y excitan la imaginación para provocar asombro y despertar el sentido crítico o, en muchas ocasiones el humor.
Este Rocabulario ofrece uno de los mayores placeres, el que se despierta ante una inteligencia que se despliega ante nosotros. Y otro más, el del silencioso sonido de palabras que explotan con nueva significación en el cerebro. Basta abrir al azar alguna página para comprobarlo.
Quienes conocemos y admiramos la obra de este poeta, encontramos aquí un matiz más de este mago de la palabra. Y quienes aún no lo han leído, tienen en este libro una excelente puerta de entrada a la obra ya extensa de Juan Manuel Roca.
Fuente: El Colombiano, suplemento dominical Generación, agosto 27 de 2006.

OTROS TEXTOS DE J. M. Roca:

“La patria asesinadita” por Juan Manuel Roca. http://www.delagracia.de/desta.htm

PAISAJES

Sentados en la yerba
Mientras cruzaban
Mujeres con canastas de fruta,
Dos ciegos
Hablaban del paisaje del olor.
¡Ah, la sombra de un pájaro
En sus rostros!
http://elnuevocojo.com/Poesia/roca.html
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Otros poemas
http://www.casadepoesiasilva.com/juanmanuelroca.htm
http://www.festivaldepoesiademedellin.org/pub/en/Revista/ultimas_ediciones/68_69/roca.html +++

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2.- "EL PRECIO DEL PLACER" de Fernando Calero de la Pava en la XII FERIA

El escritor Julio César Londoño (presentador) y Fernando Calero de la Pava quien lee textos de su libro "El precio del Placer" (Sept. 14, 2.006)

PRESENTACION***
Por JULIO CÉSAR LONDOÑO
O se es doctor o se es escritor. Algo tiene la universidad que mata el talento poético, o algo hay en los poetas que resulta refractario a los rigores de la vida académica. En todo caso, un doctor que escriba bien es un animal rarísimo, algo como un chigüiro a cuadros.
«Usted exagera», me dirán. «Vea nomás los extraordinarios libros del doctor Isaac Asimov». Pero no. Asimov no es un buen contraejemplo. Cuando hacía ficción recargaba sus relatos de información científica. Se empeñaba en demostrar olvidando que su trabajo consistía en narrar. Ahora, cuando le daba por el ensayo, era el acabose. Isaac Asimov Inc. emitió 342 (trescientos cuarenta y dos) volúmenes de ciencia y humanidades, y los 342 son absolutamente ilegibles.
Hay buenos contraejemplos, claro. Aquí mencionaré dos. Uno es Francois Jacob, un biólogo molecular, Premio Nobel de Medicina y autor de memorables ensayos sobre ingeniería genética. O mejor, sobre humanidades, con el pretexto de hacer divulgación de las investigaciones de frontera en ingeniería genética. Convencido de que todo está relacionado con todo, sus libros son espléndidos frescos de la historia de la ciencia, la religión y el arte, y de los pasadizos secretos que conectan estas disciplinas, escritos con una prosa que ya la quisiera Marcel Proust.
La otra excepción es Fernando Calero de la Pava, el psicólogo caleño que ha tramado el explosivo artefacto que usted tiene ahora en sus manos.
Compra un caballo en Estambul es un volumen de una potencia y economía pocas veces vistas en la literatura. Quizá Epifonemas, un libro que publicó hace algunos años Juan Carlos Botero, y los minicuentos de Alberto Esquivel sean los únicos antecedentes, en Colombia, de la anómala y vigorosa narrativa de Calero.
¿Qué la diferencia de la narrativa tradicional? Todo. En general, los narradores son tipos que dicen pocas cosas en muchas páginas. El libro de Calero, en cambio, es vertiginoso, un calidoscopio de acciones y sensaciones cuyos relatos nunca ocupan más de página y media.
La parsimonia de la narrativa es herencia de la novela decimonónica. Esa cámara lenta y esa obsesión por el detalle de Dickens, Balzac, Hugo y Dostoievski son manías que perduran. Están en Proust, al que se le perdonan por su estilo, y en Margarita Yourcenar, que se salva por su inteligencia. Ya hay rupturas, claro. El ritmo de Joyce, Rulfo y García Márquez es otra cosa. También el de Capote, si exceptuamos la pachorruda A sangre fría. El novelista rellena hojas porque a los editores no les gustan las novelas muy flacas. O quizá porque no tiene mucho qué decir.
El libro de Calero atrapa al lector por varias razones: Primero, contiene una alta densidad de peripecias por centímetro cuadrado. Segundo, esas peripecias son malditas y sus protagonistas son seres marginales, es decir, personas que los distinguidos lectores de libros no tenemos mucha oportunidad de observar. Tercero, el lenguaje -austero, preciso- ciñe perfectamente los contornos de sus descarnados argumentos. Y cuarto, los sucesos del libro, siempre inmorales, son narrados con clásica impasibilidad. Como Homero, Calero no se despeina en medio del combate; como Lawrence Durrell, no se ruboriza en medio de la orgía. Pero tampoco se pavonea como lo haría un Maqroll, ese personaje que es, como su creador, un tanto exhibicionista.
Clasificar estas narraciones de Calero no es fácil. Por su brevedad, uno estaría tentado de llamarlas minicuentos. Pero esta palabra sugiere esfericidad, lúdica, ingenio. Y formalidad estructural: principio, nudo, desarrollo y desenlace. Nada de esto hay en los relatos -llamémoslos así- de Calero. Se nota que no escribe para entretener a nadie y que no le preocupan las convenciones de género. Quizá sólo quiere exorcizar unos fantasmas tremendos, y el resultado son estos fragmentos inconexos, astillas de espejo, flashes de gran potencia dramática y perfecta resolución estética.
Todas las piezas del libro contienen un narrador testigo, quizá el mismo siempre, un tipo que se bebe la vida en sorbos largos y frenéticos: comparte una casa con mercenarios portugueses en Marruecos, y otra con asaltantes de bancos en la Costa Brava; se enreda con una joven etarra en Barcelona, toma valium y cherrynol con Andrés Caicedo en Cali, se salva por un pelo de morir por hipotermia en Estocolmo, asiste al entierro de una prostituta de la calle en Buenaventura, nos muestra las volutas de humo de cigarrillo formadas por las sabias contracciones del esfínter de una señora en un burdel circense de Bangkok, y un acuario donde nadan modelos desnudas con un número colgado al cuello, y el hospital donde agoniza de sida una amiga suya, y una carrera de autos suicida en una nublada carretera española, y a su hermano en las garras del ELN, y conocidos que se inyectan aguasangre con morfina o con speedball (coca + heroína); y lo más asombroso de todo: el porcentaje de ficción de este libro es infinitesimal.
Además de las virtudes ya señaladas (brevedad, potencia, amoralidad) hay que agregar un rasgo singular: es un libro de acción pura. No hay allí una sola reflexión, y si las hay aparecen en los textos intercalados en páginas aparte para que no 'contaminen' los relatos. Así, el narrador no se siente y uno cree estar contemplando directamente las escenas, hecho que les confiere vividez, verosimilitud. A Juan Rulfo le habría encantado esta decisión.
En un país donde los narradores son tan facundos, tan visibles y previsibles, y en tiempos donde la novela está cundida de reflexiones, hay que agradecer que venga Fernando Calero de la Pava y nos regale esta original lección de narrativa. Gracias, doctor.

*** NoTiCa de NTC ... : El presentador consideró que este texto mantenía su vigencia y que se aplicaba tambien de manera precisa al nuevo libro de Calero "EL PRECIO DEL PLACER". Este texto aparece como prólogo al libro "COMPRA UN CABALLO EN ESTABUL" de F. C. de la P. (Impresora Feriva S. A. Primera edición, 2.003. Segunda edición 2.004)
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EL PRECIO DEL PLACER: Viajes erotismo y drogas. Narrativa. Fernando Calero de la Pava. Editorial Feriva. Dic 2.005. 175 páginas.
Tomado de
http://ntcblog.blogspot.com/2006_07_30_ntcblog_archive.html Numeral 8.
PRÓLOGO . (Textos tomados del libro por
NTC … )
VIDA PURA
Por DARÍO HENAO RESTREPO
Decano Facultad de Humanidades Universidad del Valle Director de La Palabra. Cali, septiembre 17 de 2005
Al fondo de la condición humana nos transportan estos relatos de Fernando Calero de la Pava. Sin ninguna cortapisa, ni pudor, ni mediaciones complejas, sino de la manera más cruda y directa nos instalan en un mundo lleno de situaciones ante las cuales es imposible no estremecerse. De principio a fin estas realidades captadas como pedacitos de vida pura, nos incitan e interrogan sobre periplos existenciales que hacen parte del entramado del hombre de estos tiempos.
Las geografías son múltiples, igual que las nacionalidades de los personajes, tanto hace que sea en Tánger, Manaos, Bangkok, Barcelona, Londres o Cali, lo que hilvana todo es el viaje, el erotismo y las drogas. Horror, ebriedad, locura, amor, lucidez, escepticismo y ternura exhalan a borbotones estos relatos, que sin tregua nos ponen ante el múltiple espejo de la vida y sus insondables enigmas. Es terrible y cruel, pero también bella y excitante, vale asumida, gozada, sufrida y explorada como en el mundo de estas historias.
Con estos viajes cada cual puede armar los propios en esa inevitable sugestión de mundo paralelo que toda lectura provoca. El lado oscuro de la condición humana, las situaciones límite, la degradación y todos los vericuetos del corazón palpitan en estos relatos que impactan por duros, como un pinchazo de heroína. N o hay afán de matizar nada; lo que cuenta es la vida vivida en múltiples circunstancias por toda una galería de personajes que hacen parte del horizonte en que se mueve el narrador.
El entrecruzamiento de historias propias y ajenas da a estos relatos un tono de intimidad con el mundo; nada resulta externo a la experiencia y a la intencionalidad de mostrarla sin tapujos. A escena viene la violación de un compañero por un cura jesuita, las peripecias de una prostituta a domicilio, los tejemanejes de la mafia caleña de los años setenta y ochenta y los arreglos de sicarios, la aventura en un prostíbulo chino o un singular encuentro con Luis Carlos Galán. La lista es larga y no es otra cosa que un mapa existencial armado de fragmentos.
Como en su anterior libro de relatos, Compra un caballo en Estambul, este volumen mantiene la misma factura literaria, hecha de una brevedad contundente y de una gran capacidad para condensar experiencias humanas.
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PROEMIO. EL PLACER DE LAS PÉRDIDAS
Por GERMÁN PATIÑO OSSA
Historiador Escritor y periodista. Cali, diciembre 7 de 2005
Con el mismo asombro que me produjo Compra un caballo en Estambul, leí el nuevo libro de Fernando Calero de la Pava titulado El precio del placer. Igual de vertiginoso, sin concesiones a modas o estilos, parco en adjetivación innecesaria, es como una bocanada de viento refrescante en un mundo literario que oscila entre la copia, más o menos descarada, de la técnica de los best-sellers gringos, o mamotretos llenos de barroquismo que no dejan nada de espacio a la imaginación y que presumen redescubrir nuestras más profundas raíces históricas, bien sea en la vida de un personaje de la conquista hispánica o en un policía asesinado tras el 9 de abril de 1948. (A)
Lejano de esas vanas pretensiones y de los correspondientes ejercicios de retórica que conllevan, Calero de la Pava hunde un puñal en sus personajes, los disecciona con pericia y nos los muestra enteros, con toda su complejidad, en dos o tres tajos llenos de precisión. El lenguaje adquiere la simplicidad y la belleza de una obra de arte. De hecho, Fernando Calero demuestra que la literatura no es otra cosa que la escritura como obra de arte.
Por allí, como quien no quiere la cosa, nos dice que «En este mundo venimos a perderlo todo», que es, palabras más, palabras menos, lo que se propone demostrarnos. En realidad nos coloca al frente este proceso de pérdidas, siempre dolorosas pero también siempre placenteras, y nos lleva a un viaje en el que la alucinación predomina, en cortos y contundentes relatos, hasta llegar a la meta en la que descubrimos que no queda nada. Que nada, en realidad, vale la pena.
El libro, fiel a su labor de destrucción y de belleza, nos deja con esta oración final flotando en el aire: «De todo no quedará sino lo desconocido».
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3.- "LA REBELIÓN DE UN BURGUÉS. Estanislao Zuleta, su vida." de Fernando Vallejo Morillo en la XII FERIA.

Darío Henao, Decano y profesor UV y director de la FERIA (presentador), Germán Patiño (Moderador) y Fernando Vallejo Morillo quien se refirió a su libro sobre E. Zuleta y leyó apartes de él.

Nota introductoria de NTC ...: La En las publicaciones, impresas y virtuales, de las programaciones de la XII se había anunciado: "Septiembre 12, 6:30 p.m. LANZAMIENTO DE LIBRO: La biografía intelectual de Estanislao Zuleta: La rebelión de un burgués (Jorge Vallejo) Presentan: Alberto Valencia, Delfín Gruesso, Fernando Cruz Kronfly y María Elvira Bonilla Auditorio Carlos Restrepo, Edificio 316 Tulio Ramírez." ( http://ferialibropacifico.univalle.edu.co/programacion_academica.htm#_JUEVES_14_DE_SEPTIEMBRE_ ) . Ninguno de las personas anunciadas se presentó al acto. No hubo explicación alguna. El Dr. Henao hizo la presentación general del libro reconociendo la labor del autor y anotando que se trata de un primer escalón en las investigaciones y presentaciones de una vida y obras de tanta complejidad y amplitud como las de Estanislao Zuleta. Reconoció Henao que si bien la publicación ha tenido y podrá tener asuntos y detalles de controversia, posee buena factura literaria y es de gran valor divulgativo para las nuevas generaciones y personas no cercanas a la obra de Zuleta que encontaraán allí motivos y temas para profundizar. En términos similares se refirió a su libro el autor. Desde la publicación del libro NTC … ha venido reproduciendo reseñas, comentarios sobre él y algunos apartes que se encuentran en:

1.- NTC … 237 Nos Topamos Con ... Año 6. Agosto 16, 2.006 http://ntcblog.blogspot.com/2006/08/ntc-237-agosto-16-2006_115579093957436977.html Numeral 3 y en NTC … 238 Numeral 7
http://ntcblog.blogspot.com/2006_08_27_ntcblog_archive.html
2.- NTC … 241 Nos Topamos Con … Año 6, Septiembre 16, 2.006
http://ntcblog.blogspot.com/2006_09_10_ntcblog_archive.html Numeral 3.

*** Otros textos y comentarios sobre la vida y obra de Estanislao Zuleta y sobre el libro aquí comentado se encuentran en :
A.- Semblanza de Estanislao Zuleta. Por José Zuleta.
Revista NUMERO # 26. Septiembre 2.000. Pags. 76 a 80. (Este texto escrito por José Zuleta, hijo de Estanislao, se publicó en el libro “Conversaciones con Estanislao Zuleta” . Cali. Fundación Estanislao Zuleta. Abril de 1.997. ) NoTiCa: el texto se reproducirá en NTC … 242 a publicarse en la próxima semana. NTC … tramita la debida autorización para escanearlo y publicarlo).
Precediendo el texto de José Zuleta, en esta edición # 26 de la revista Número se publicó por primera vez el ensayo “EL QUIJOTE: un nuevo sentido de la aventura” (texto inédito) de Estanislao Zuleta, el cual sí fue publicado en su totalidad en la versión digital de la Revista y puede leerse en http://www.revistanumero.com/26quijo.htm

B.- AL PENSADOR ESTANISLAO ZULETA . EL ELOGIO DE LA DIFICULTAD
Por Fernando Araújo Vélez
EL ESPECTADOR Septiembre 17, 2.006. Entera la página 1G de la versión impresa.
Fuente: http://www.elespectador.com/historico/2006-09-16/contenido_MI-7631.htm
“La rebelión de un burgués” retrata la vida y obra de un pensador sin igual en Colombia, 15 años después de su muerte. Escrito por uno de sus últimos amigos, Jorge vallejo Morillo, es un libro imperdible.
Foto ampliada: http://www.elespectador.com/historico/2006-09-16/includes/foto01a_1_MI-7631.jpg . Estanislao Zuleta en los años 80. Sus detractores criticaban su estilo de vida, pues no podían objetar su obra.
Carátula ampliada del libro: http://www.elespectador.com/historico/2006-09-16/includes/foto01a_2_MI-7631.jpg

Ampliamos la información con los siguientes textos y documentos

CRONOLOGIA DE ESTANISLAO ZULETA (Tomada de las solapas del libro "EL ELOGIO DE LA DIFICULTAD y otros ensayos. Fundación Estanislao Zuleta. Impresor Feriva S.A. Sexta eición 2.004.
1935. Nace el 3 de Febrero en Medellín.

1958. Investigador económico, Oficina de Seguridad Social Campesina.
1959. Catedrático de Filosofía del Derecho e Historia de la Filosofía, Universidad Libre, Bogotá.

1960-1962. Investigador, Ministerio de
Agricultura.
1962-1963. Investigador, Incora.
1965-1968. Investigador económico, Superintendencia de Sociedades.
1968-1969. Profesor de tiempo completo, Universidad Libre, Bogotá.
1969-1970. Vice-rector académico, Universidad Santiago de Cali.

1970-1974. Profesor de tiempo completo, Facultad de Ciencias Económicas, U. de Antioquia, Medellín.
1974-1977. Cátedra magistral de Psicoanálisis, Arte y Filosofía, Centro Psicoanalítico Sigmund Freud, Cali.
1977-1981. Cátedras de Psicoanálisis y Filosofía, Universidad del Valle, Cali.
1977-1981. Cátedra de Lógica, Facultad de Derecho, Universidad Libre, Cali.

1980. Doctorado Honoris Causa en Psicología, Universidad del Valle.
1981-1990. Profesor titular, Departamento de Letras, Universidad del Valle, Cali.
1985-1987. Consejero, Proyecto PNR, Secretaria de Integración de la Presidencia de la República.
1987. Recibe amenazas contra su vida, que lo obligan a abandonar la ciudad de Cali y radicarse en Bogotá.
1988. Investigador sobre la violencia actual en Colombia, FESCOL, Bogotá.
1988-1990. Asesor de las Naciones Unidas para la consejería de Derechos Humanos de la Presidencia de la República y del Proyecto Colombia.
1989. Regresa a Cali. Cátedras de Estética y Política, Departamento de Filosofía, Universidad del Valle, Cali.

1990. Muere en Cali el 17 de Febrero.

ESTANISLAO ZULETA O LA VOLUNTAD DE COMPRENDER. Alberto Valencia Gutiérrez. Hombre Nuevo Editores E. U. Primera edición: abril de 2005.
PRESENTACIÓN Por Alberto Valencia Gutiérrez
Un jurado compuesto por personalidades notables de la cultura colombiana, con el patrocinio de una conocida revista de circulación nacional, declaró hace poco a Estanislao Zuleta como el principal pensador de la historia colombiana, al lado de personajes reconocidos en otros campos de la cultura (l) . La misma publicación había llevado a cabo meses atrás una encuesta sobre las cien obras literarias más importantes aparecidas en el siglo XX, y entre los veinte libros de ensayo seleccionados aparece Thomas Mann, la montaña mágica y la llanura prosaica (2)
Los que pertenecemos a la academia no somos muy amantes de esta clase de "encuestas", a las que solemos mirar con cierto desdén, a pesar del respaldo que en los dos casos significa la seriedad de los miembros del jurado que hicieron el escogimiento (3) ; no obstante, traigo a cuento estos hechos como indicadores de la presencia que quince años después de su muerte sigue teniendo Zuleta en el mundo cultural de este país. El olvido no parece afectar su memoria y, contrario a lo que ocurre con la triste suerte de casi todos los que se van, su palabra es cada vez más importante y reconocida en el ámbito nacional.
Los jóvenes universitarios se muestran interesados en conocer sus planteamientos; proliferan las tesis de grado sobre aspectos de su obra; se programan foros y seminarios sobre su pensamiento y varios proyectos de investigación están en marcha; se organizan salas de consulta con las grabaciones o transcripciones de sus conferencias; los libros que se publican tienen una acogida inmediata y rápidamente se agotan las ediciones; las citas de sus textos aparecen cada vez con mayor frecuencia en boca de los más diversos actores sociales y políticos.
No obstante, lo que más llama la atención es que los principales interesados en su obra son los que hoy en día tienen menos de treinta años y no tuvieron, por lo demás, oportunidad de conocerlo, porque en el momento de su muerte en 1990 apenas si se encontraban en la pubertad, en el mejor de los casos. La pregunta que habría que hacer, entonces, no es sólo por las razones de su gran difusión y acogida, sino por los motivos que llevan a los jóvenes, en particular, a interesarse por su pensamiento. Vamos a ensayar tres respuestas.
En primer lugar, su forma singular de presentar el saber ejerce una inmensa seducción debido al hecho de que su pensamiento se elabora por fuera de los parámetros institucionales. Zuleta no respondía propiamente al modelo del scholar, inscrito en las pautas y normas, a veces excluyentes y elitistas, del mundo académico. Su retiro temprano del colegio en cuarto año de bachillerato, su posición marginal frente a la universidad durante muchos años por carecer de un título universitario y la preponderancia del discurso oral sobre la expresión escrita daban a su actividad intelectual unas características sui generis en nuestro ámbito. El pensamiento era asumido como una forma de vida, no como una profesión. No vivía de su trabajo, vivía para su trabajo. En un mundo académico cada vez más burocratizado, donde los criterios formales (títulos, pertenencia a redes, figuraciones internacionales, etc.) tienden a ser más importantes que los valores intelectuales efectivos, un hombre que rompe todas esas barreras y trata de construir una identidad intelectual por sí mismo, sin los tradicionales apoyos institucionales, representa un inmenso atractivo para las generaciones jóvenes.
En segundo lugar, su discurso no era ajeno a esa actitud antiinstitucional, como fácilmente se reconoce en el hecho de que el interlocutor implícito de sus conferencias no era propiamente el colega especialista en el mismo campo, sino un público amplio cuyo único prerrequisito era el interés por el tema. La cultura para Zuleta no era el asunto de una elite excluyente sino una propuesta universal que debía llegar a todo aquel que tomara la decisión personalísima de pensar por sí mismo. Sus charlas eran atractivas por el hecho de que en ellas los grandes problemas de la cultura se vinculaban estrechamente con la singularidad de las situaciones vividas y con la condición existencial de cada cual. En contra de la separación que .produce la escuela entre la clase y el recreo, Zuleta vincula el trabajo intelectual con el disfrute. La lectura de las grandes obras de la literatura, por ejemplo, tan penosa en los deberes escolares, se convierte a través de su enseñanza en una fuente de dicha, de goce y de risa aprobatoria.
En tercer lugar, el pensamiento de Zuleta tiene una acogida, no precisamente por razones comerciales, sino porque existe una demanda específica en las generaciones jóvenes, unas preguntas que no han encontrado respuestas, unas inquietudes insatisfechas, un vacío qué llenar. Nuestro mundo intelectual y cultural carece de referencias que sirvan de emulación y de inspiración. Cuando un joven quiere pintar, escribir, hacer música, convertirse en pensador o en científico social no encuentra frente a sí los modelos y los criterios que le permitan desarrollar su proyecto y medir su valor. La inmensa aceptación de Zuleta tiene relación con esta carencia. Su obra está repleta de propuestas y de sugerencias que pueden ser recogidas por los nuevos investigadores para fundar y recrear las condiciones de elaboración de su trabajo. Su magisterio, además, contribuyó a que nuestra cultura provinciana se abriera a las grandes corrientes de la cultura universal, en contra de la estrechez y el conservadurismo de las elites intelectuales tradicionales (4)
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La Universidad del Valle publicó en 1996 un libro de mi autoría llamado En el principio era la ética. Ensayo de interpretación del pensamiento de Estanislao Zuleta. La pretensión de este documento era llevar a cabo una presentación exhaustiva del pensamiento del autor con criterios académicos, y elaborar una interpretación que permitiera identificar la orientación fundamental de su trabajo. Como su nombre lo dice, la hipótesis básica consistía en demostrar que lo que da unidad a su empresa intelectual es una filosofía práctica, una pregunta por el "cómo debemos vivir", una perspectiva ética.
Ocho años después de la aparición de este libro no puedo lamentar de que la interpretación de su pensamiento que allí presento no haya sido conocida y acogida, así los comentarios críticos hayan sido más bien escasos, a pesar de que daba pábulo para muchas reacciones, no necesariamente aprobatorias. El libro, por lo demás, era para mí una forma de "arreglar cuentas" con el maestro "de la mejor manera", es decir, discutiendo sus planteamientos.
Una vez publicado, la idea era olvidarme del tema pero ocurrió todo lo contrario: la aparición del libro se convirtió en una gran apertura para establecer formas de comunicación con muy diversos grupos y personas, como resultado de las múltiples invitaciones recibidas para presentar su pensamiento en Medellín, Tunja, Bogotá, Manizales, Ibagué, Popayán y Cali, y para escribir en varias revistas. El hecho de que hasta el momento haya sido el único trabajo pretencioso sobre el autor tiene su parte de responsabilidad en esta acogida.
Al cumplir quince años de su muerte apareció la oferta de publicar una segunda edición. Hacerlo, sin embargo, demandaba un esfuerzo enorme, porque con el paso del tiempo me había ido percatando de los vacíos, del subdesarrollo de algunos temas y de la precariedad en la elaboración de algunas ideas, que no tuvieron una feliz presentación. Los autores de libros o de ensayos tenemos que ser conscientes de que un escritor no necesariamente entiende bien lo que escribe en el momento en que lo hace y que el proceso de autocomprensión no termina con la producción de un libro sino que muchas veces exige años e, incluso, décadas. Y en este sentido las invitaciones recibidas a participar en eventos o revistas durante los últimos ocho años fueron para mí la ocasión propicia para hacer más claros el sentido, las virtudes y las falencias de mi propio texto y para hacer el esfuerzo de desarrollar de mejor forma las ideas expuestas.
Y ante la propuesta de reeditar el libro, que significaba reescribir muchas de sus partes o llevar a cabo nuevas investigaciones, decidí optar en cambio por una recopilación de algunos de los artículos y conferencias elaborados con ocasión de dichas invitaciones. El lector podrá, pues, encontrar expresadas aquí en forma sintética muchas de las ideas expuestas en el texto original pero de una manera más precisa en algunos casos, gracias a este trabajo de reelaboración permanente. Igualmente, he hecho el esfuerzo por presentar el tema del análisis de textos literarios que llevaba a cabo el maestro y que no estaba suficientemente desarrollado en la versión inicial. Todos estos ensayos de ocasión, que ahora aparecen reunidos en forma de libro, pueden ofrecer al lector un panorama global de su pensamiento y una mejor comprensión, si se quiere, de unas ideas que están expuestas inicialmente en cerca de 350 páginas.
La investigación sobre Zuleta seguramente continuará. Yo he querido ofrecer un punto de vista que pueda servir de referencia para nuevas investigaciones. Pero el relevo debe ser tomado por otras personas, más en particular por los jóvenes que, al no haber vivido la experiencia directa de la relación con él, pueden reconstruir la historia de esta aventura intelectual sin los prejuicios de los que estuvimos cerca. Aún estamos esperando que alguien se decida a emprender la difícil tarea de hacer una biografía o que un sociólogo describa las características del campo intelectual en el que se desarrolla su pensamiento.
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El libro comienza con el ensayo Un intelectual del siglo XX redactado para el Instituto Pensar de la Universidad Javeriana de Bogotá, como parte de un documento para un proyecto de investigación más amplio sobre los principales pensadores de América Latina del siglo XX, que tiene como preámbulo un libro sobre los treinta intelectuales (ya fallecidos) más importantes de Colombia durante el mismo período. La idea era escribir una reseña global de su pensamiento a partir de un tema específico desde el cual pudiera abarcarse todo el conjunto: el problema consistía entonces en encontrar cuál podría ser.
El filósofo francés Claude Lefort anota en alguna parte que la experiencia democrática, imaginario político central de nuestra época, ha hecho posible la existencia del psicoanálisis. Y dado que esta disciplina marca de manera fundamental el pensamiento de Zuleta, decidí entonces optar por convertir la democracia en el eje de presentación de su pensamiento, entendida como respeto de la diferencia, y reconocimiento del carácter constitutivo del conflicto y no simplemente como un asunto circunstancial.
Durante los últimos años de su vida Zuleta hizo el esfuerzo por elaborar de manera explícita y directa una "concepción positiva de la democracia", en contraste con la manera como aparece en el pensamiento de Marx. No obstante, la relación con este tema no es un asunto meramente accidental, explicable por el auge de unas ideas en el debate público, sino que hace parte de la estructura fundamental de su pensamiento desde sus inicios a finales de los años cincuenta. El eslabón perdido que permite explicar ese compromiso fundador con la democracia, en una época en que la izquierda necesariamente no era democrática, es, sin lugar a dudas, la influencia temprana del psicoanálisis.
Los editores de la revista Aquelarre del Centro Cultural Universitario de la Universidad del Tolima, preocupados por la pérdida de valor de las utopías como criterio ético y político de orientación de las luchas del presente, ante las nuevas circunstancias que se han presentado en el mundo con la crisis de los socialismos y el auge de la globalización, tomaron la decisión de dedicar un número de su revista a este problema, conscientes además del papel que la Universidad debe cumplir en la definición de los ideales colectivos. Y quisieron rendir un homenaje a la memoria del maestro destacando la importancia de su magisterio en este campo particular. Tomando como eje de reflexión el Elogio de la dificultad, de amplia difusión, quise entonces presentar una síntesis lo más completa posible del tipo de utopía que elabora Zuleta, tanto en el plano de la vida individual como de la vida colectiva, y el resultado fue el ensayo "El amor, el trabajo y el pensamiento como utopía".
Zuleta, aunque siempre se definió como un hombre de izquierda, fue al mismo tiempo uno de sus más duros críticos y en este doble juego llevó a cabo una interesante reelaboración de los ideales políticos del tipo de izquierda que imperó entre los años cincuenta y ochenta. Su propuesta de revolución no pasa por la toma del poder ni por la valoración absoluta de un "momento cero" que dé inicio a un "reino milenario"; por el contrario, la revolución comienza aquí y ahora en el espacio de la vida cotidiana y tiene mucho que ver con la respuesta a la pregunta por el sentido de la vida y con la construcción de condiciones para que el amor, el trabajo y el pensamiento puedan realizarse y desplegar toda su potencia transformadora. La utopía que construye Zuleta sigue teniendo vigencia en las actuales condiciones y es, tal vez, uno de sus principales aportes.
Zuleta poseía una sólida formación en filosofía, psicoanálisis, ciencias sociales y marxismo, pero el ámbito por excelencia de ejercicio de su trabajo intelectual, en el cual manifiesta su máxima originalidad, era la crítica de textos literarios, que llevaba a cabo con el despliegue de todo su saber. Por tal motivo, dada mi condición de editor de algunos de sus libros, aproveché la invitación a participar en el lanzamiento de dos de sus trabajos, para esbozar una reflexión sobre el tipo de estudios que hacía en este campo.
El primero, "El Quijote como aventura del pensamiento", fue redactado en noviembre y diciembre de 2000 con ocasión del lanzamiento, en Medellín y Bogotá, del libro El Quijote, un nuevo sentido de la aventura. La interpretación que nos ofrece Zuleta en este texto sobre la obra de Cervantes aporta criterios fundamentales para su lectura, No se trata de ver el Quijote simplemente como la oposición entre la locura y la "realidad" del mundo, o como la oposición edificante (entre el "idealismo" del personaje y el "realismo" de sus opositores, sino como una polifonía de voces y de sentidos, como un juego de interpretaciones diversas que se oponen y entre las cuales ninguna tiene primacía sobre las otras. El libro deja entonces de ser una lección de moral (como aparece en Unamuno o en Ortega y Gasset) para convertirse en un valioso documento que nos ilustra el diálogo entre diferentes concepciones del mundo.
El segundo, "Leer, pensar y vivir", fue elaborado en marzo de 2003 con ocasión del lanzamiento de Thomas Mann, la montaña mágica y la llanura prosaica organizado por la Librería Nacional en Cali. Este libro tuvo en el momento de su primera aparición en 1975 una gran acogida y ejerció enorme influencia sobre mucha gente que encontró en él, no sólo una ilustración de lo que es la buena lectura de una obra literaria, sino también un documento excepcional que permite conocer el tipo de concepción de la literatura que Zuleta defendía y sustentaba. La idea, entonces, a desarrollar con motivo de su aparición era resaltar sus aportes: nos enseña a leer y a apreciar la buena literatura, nos enseña a pensar y nos enseña a vivir. He puesto el mayor esfuerzo en tratar de presentar de manera esquemática y sintética los criterios que según el autor diferencian una buena obra literaria de otra que no lo es; en nuestro medio este ejercicio es importante ya que para muchos la literatura es simplemente lo que se presenta como tal. De igual manera, he hecho el esfuerzo por presentar la teoría de las falsas oposiciones y las diferencias efectivas, herramienta clave, según Zuleta, del tipo de literatura que produce el escritor alemán.
La Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC) con sede en Tunja me invitó en abril de 1998 a dictar una conferencia sobre las características generales del pensamiento de Zuleta y de allí surge el quinto de los ensayos que componen esta recopilación, "En el principio era la ética. Un libro presentado por su autor", en el cual el lector podrá encontrar una nueva presentación global de las hipótesis básicas desarrolladas en la obra en cuestión.
El nombre de este nuevo libro proviene de un ensayo breve, extraído del texto original, que representa para mí la mejor manifestación del espíritu que animaba la actitud vital de Zuleta en todas sus manifestaciones. Podemos formular toda clase de críticas a su pensamiento, a sus ideas, a sus actuaciones, al estilo de sus relaciones, a la forma de ejercer el psicoanálisis, a sus textos y conferencias, pero difícilmente podemos desconocer que Zuleta era en lo fundamental, como lo expresa el nombre del ensayo, "Una voluntad de comprender". Esta lección estará presente por siempre entre quienes estuvimos cerca.
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Estanislao Zuleta nació en Medellín en febrero de 1935. El "acontecimiento inaugural de su vida" fue la muerte de su padre Estanislao Zuleta Ferrer, fallecido en junio de ese mismo año en un choque de aviones en el aeropuerto de Medellín en el que también murió el cantante Carlos Gardel. Fernando Isaza, un conocido hombre de la época, y Fernando González, el filósofo de Otraparte, amigos de su padre, asumieron la difícil tarea de llenar el vacío. El eco de "vivir a la enemiga", la famosa frase del filósofo y escritor antioqueño, lo vemos claramente expresado en el estilo de vida y de reflexión que Zuleta representa.
Su educación se desarrolla de manera convencional hasta el momento que decide abandonar el colegio en cuarto año de bachillerato porque las obligaciones escolares le impedían dedicarse plenamente a sus estudios que en ese momento consistían en la lectura de La Montaña mágica de Thomas Mann y El ser y el tiempo de Martin Heidegger. Desde entonces, su formación corresponde a lo que se llama, propia o inapropiamente, el "autodidactismo". En los años cincuenta estuvo cerca , por un breve período, del Partido Comunista. A comienzos de los sesenta funda con otro grupo de intelectuales la revista Estrategia, la cual, a pesar de su corta vida, deja una huella profunda en el desarrollo de la cultura colombiana por su compromiso con un pensamiento no dogmático y su apertura al exterior.
Después de trabajar como funcionario del Instituto Colombiano de la Reforma Agraria (Incora) se gana el sustento como profesor en las universidades de Medellín, Bogotá y Cali y ejerce el psicoanálisis en algunos momentos de su vida. A su alrededor se organizan innumerables grupos de estudio y de trabajo, cultural y político (Veinte varas de lienzo, Contraataque, Polémica, Ruptura). Ejerce una enorme influencia intelectual y personal, tanto en el grupo de personas de su entorno, como entre quienes asisten a sus conferencias y cursos universitarios, los cuales tienen una gran resonancia.
En los años setenta hace parte del Centro Psicoanalítico Sigmund Freud de Cali. En noviembre de 1980 la Universidad del Valle le confiere el título de Doctor Honoris Causa en Psicología y poco después lo nombra profesor. Durante los años ochenta es asesor de los gobierno de Belisario Betancur y Virgilio Barco en el tema de violencia, derechos humanos y democracia. Muere en Cali en febrero de 1990, en los comienzos de lo que se auguraba como el mejor momento de su productividad intelectual.
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1. La revista Semana llevó a cabo una encuesta para elegir al colombiano más destacado de todos los tiempos (el elegido fue Antonio Nariño) y los colombianos más destacados en diferentes áreas. Algunos de los elegidos, en el campo de la cultura, fueron los siguientes: como escritor, Gabriel García Márquez; como economista Esteban Jaramillo Gutiérrez; como científico, Rodolfo Llinás; como poeta, José Asunción Silva; como artista, Fernando Botero; como humorista, Ricardo Rendón; como periodista, Fidel Cano; como educador, Agustín Nieto Caballero; como historiador, Jaime Jaramillo Uribe; y como pensador Estanislao Zuleta. Ver Semana, edición No, 1.112, agosto 25 a 1 de septiembre de 2003.
2. Ver revista Semana, edición No. 882 de marzo 29 a abril 5 de 1999,
3. El jurado que escogió a los colombianos más destacados estuvo conformado, entre otras personas, por Jorge Orlando Meto, Marco Palacios, Daniel Pécaut, Belisario Betancur, Beatriz González, Javier Sanín, Gustavo Bell, Fabio Zambrano y José Fernando Isaza.

4. Leamos a este respecto la opinión de un investigador extranjero: "Mi primera experiencia al descubrir Colombia fue descubrir otro mundo: una sociedad que no tenía una historia definida, que venía repitiendo siempre lo mismo, siempre alrededor de la violencia, con esa presencia tan fuerte de formas religiosas -sobre todo en Antioquia- y con un conservadurismo increíble, que no era tanto de carácter político sino social, de la propia gente. El conservadurismo en lo político es menos importante. Lo diciente es que está presente en las personas. Era una sociedad muy provinciana, que nunca había tenido la experiencia de una apertura hacia el mundo exterior. [ ... ]. Este era un país-muy provinciano en su cultura. Los primeros "héroes civilizadores" fueron personas como Marta Traba y algunos otros, el movimiento "nadaista" y Estanisláo Zuleta -un poco más tarde-, quienes introdujeron muchos conceptos que venían de afuera a un país que estaba acostumbrado a tener un horizonte muy limitado, muy provinciano". Entrevista con Daniel Pécaut, en Victoria Peralta y Michael LaRosa, Los colombianistas, Planeta, Santa Fe de Bogotá, 1997, p. 144.
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ESTANISLAO ZULETA O LA VOLUNTAD DE COMPRENDER. Alberto Valencia Gutiérrez
Hombre Nuevo Editores E. U. Primera edición: abril de 2005.
CONTENIDO
9.- PRESENTACIÓN
19.- AGRADECIMIENTOS
21.- UN INTELECTUAL DEL SIGLO XX
47.- EL AMOR, EL TRABAJO Y EL PENSAMIENTO COMO UTOPÍA
A propósito de Elogio de la dificultad de Estanislao Zuleta
77.- EL QUIJOTE COMO AVENTURA DEL PENSAMIENTO
A propósito de El Quijote, un nuevo sentido de la aventura
95.- LEER, PENSAR Y VIVIR
A propósito de Thomas Mann, la montaña mágica y la llanura prosaica
117.- EN EL PRINCIPIO ERA LA ÉTICA
Un libro presentado por su autor
143.- ESTANISLAO ZUlETA O LA VOLUNTAD DE COMPRENDER
147.- BIBLIOGRAFÍA DE ESTANISLAO ZULETA
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ISBN: 958-8245-04-4
© Alberto Valencia Gutiérrez
© Hombre Nuevo Editores E. U.
Director Editorial: Jesús María Gómez D. Correo electrónico: hombrenuevo@epm.net.co Apartado Aéreo 50.127, Medellín, Colombia.
Carátula: Diseño de Andrés Gómez D.
Fotografía de Teresa Cruz.
Primera edición: abril de 2005.
Distribución y ventas: Distribuidora de Libros Tercer Milenio Cra. 50 D No.61-63
Teléfono: 28442 02, Medellín, Colombia
http://www.librostercermilenio.com/ info@librostercermilenio.com
Impreso y hecho en Colombia por Editorial Lealon, Medellín.

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4.- XII FERIA DEL LIBRO PACIFICO en CALI. Septiembre 8 -18, 2.006 http://ferialibropacifico.univalle.edu.co/ Allí todos los detalles, desarrollos y programaciones

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5.- ¿Enseñar a escribir?
EL CULTURAL, España Septiembre 15, 2.006 . por Nuria Azancot

http://www.elcultural.es/HTML/20060914/Letras/LETRAS18603.asp

Foto : A. Barba, A. Gándara, J. A. Pascual y J. P. Aparicio
Con el comienzo de la temporada literaria, editoriales y escuelas de letras multiplican sus señuelos para atrapar a los interesados en escribir mejor. Pero ¿sirven para algo manuales y cursos? ¿La escuela no es suficiente? ¿Es tan penosa la situación del español? El académico José Antonio Pascual, responsable del Diccionario Histórico de la RAE, que lanza en otoño su Diccionario Esencial; José Antonio Millán, que acaba de publicar El candidato melancólico (RBA) sobre el origen de las palabras; Juan Pedro Aparicio, director del Instituto Cervantes de Londres (en octubre el Cervantes lanza su Saber escribir), Alejandro Gándara, creador de la Escuela de Letras y colaborador de la Escuela Contemporánea de Humanidades, escritor y bloguero y Andrés Barba, profesor de la ECH y autor, toman la palabra.
Para empezar, los invitados a estas páginas niegan la mayor: no es cierto que hoy se hable y escriba en España peor que nunca, lo que haría necesarios, casi imprescindibles, cursos, diccionarios y libros para aprender a escribir. Así, para el novelista Andrés Barba la situación no sólo “no es mala, sino que no hay motivos para el pesimismo, quizá sólo es poco atrevida, pero está en un momento editorial magnífico”. Claro que él habla como creador. Los filólogos matizan bastante más. Por ejemplo, José Antonio Millán admite no conocer estudios amplios sobre el tema, pero no tiene tan claro que la situación sea penosa ni con qué se compara, si con la España de hace 50 años o con la Francia actual. De hecho, y como apunta Juan Pedro Aparicio, director del Cervantes de Londres, “la evolución del lenguaje debido a los medios de comunicación de última hora, móviles y todo eso, es similar a la de los países de nuestro entorno. Seguimos, sin embargo, en peores condiciones por lo que se refiere a nuestro sistema educativo que siempre ha valorado poco o ha atendido con desmaña la enseñanza de la expresión oral o escrita”. Y es que, para Aparicio, la clave de todos los problemas radica en la educación: “Creo que hay un deficit en ese tipo de enseñanza, al que no dedicamos el tiempo suficiente. Y acaso debiera empezarse por la comunicación oral, acostumbrando al niño a expresarse con propiedad. De ahí es fácil pasar a la escritura. La universidad, al menos entre nosotros, no está pensada para enseñar a expresarse, se supone que quien llega a ella ya sabe hacerlo suficientemente.” En eso coincide con Millán, porque, a juicio de éste, “la raíz de todo está en la escuela: ahí es donde se forjan los hábitos (y la ortografía tiene mucho de hábito) y las habilidades (el dominio de los recursos de la lengua). La universidad coge a los estudiantes ya formados, pero no debería permitir licenciarse a personas que escriben con faltas de ortografía...”Misión imposibleDe ahí la multiplicación de ofertas para quienes pretenden solucionar las lagunas que deja la enseñanza primaria. Según casi todos los participantes en estas páginas, pueden ser útiles o insuficientes dependiendo de la seriedad de los profesores y del interés del alumno. Millán, por ejemplo, afirma categórico que sí, que “hay personas muy bien dotadas para la comunicación por escrito, pero quienes no lo estén pueden beneficiarse del análisis de sus escritos, de la corrección de errores, de la propuesta de formas alternativas de expresar las cosas...” En el otro extremo, en el de la creación y no en el de la normativa, Andrés Barba, escritor y precisamente profesor de la Escuela Contemporánea de Humanidades y antes de los Talleres Fuentetaja, considera “imposible enseñar a escribir. Más que talleres de escritura lo son de lectura y de pensamiento, que actúan incluso como clubes sociales que ponen en contacto a gentes interesadas en la literatura con otras personas, pero insisto, de ninguna manera enseñan a escribir. Y los libros tipo manual menos todavía, no hay libro que cubra carencias basiquísimas que pueden venir de la infancia. De ninguna manera un manual enseña a escribir, si acaso instruye para hacerlo desde un punto de vista muy concreto, pero sólo funciona para crear un perfil característico que a mí personalmente no me interesa”. En cambio, Alejandro Gándara, creador de la Escuela de Letras y actual colaborador de la Escuela Contemporánea de Humanidades, vinculada a la Universidad Complutense de Madrid y a la Universidad sueca de Lund, matiza que sí se puede “aprender a escribir, pero sólo si hablamos de enseñanza de tipo creativo, distinta a la enseñanza oficial normativa, que sigue siendo memoralística. La creación es un espacio que se puede aprender”. Y, entre ambos, Juan Pedro Aparicio, para quien resulta obvio que “todos hemos aprendido a escribir, unos mejor y otros peor. Y siempre hay la posibilidad de mejorar. Otra cosa es enseñar a escribir obras de las llamadas de creación. Ahí es donde yo tengo las mayores dudas”. La ley del deseoEn cualquier caso, según el académico José Antonio Pascual, responsable del Diccionario Histórico de la Lengua de la Real Academia, la clave del éxito de cursos y libros es “el deseo” de quien los busca. Pero va más allá: para él, las escuelas y talleres literarios suplen carencias de la Universidad. “Es más –destaca–, en las Universidades se están empezando a hacer proyectos de enseñanza de lenguaje, no sólo de gramática, sino para enseñar a escribir de manera creativa, programas que existen en Francia o Inglaterra y que resultan muy útiles.” Y apunta un nuevo invitado a la fiesta: la televisión. “Si realmente fuese formativa y no un patio de vecindad en la que triunfa lo peor, los gritos, la vulgaridad y una ética espantosa, si cumpliese su papel con una mentalidad de enseñar divirtiendo, y no crease sólo esclavos de la publicidad obsesionados por el éxito fácil y el dinero, sería la escuela de letras por antonomasia”“Hoy –prosigue Pascual– existe cierta dejadez, cierta timidez de muchos hablantes que quizá han intentado expresarse con términos que no dominan y se han puesto en ridículo. Y al final han acabado rindiéndose. Otros, en cambio, actúan como si hablar y escribir bien fuese una horterada. Yo lo primero que intento crear en mis alumnos es el deseo de escribir y expresarse bien, que les parezca que es necesario, más aún, que si no dominan su idioma están en desventaja. En general, nos creemos que escribir es ponerse estupendos, elegir lo raro y muchas veces la combinación de lo sorprendente es más rica. Tenemos que introducir en la universidad lo mejor de la experiencia de los talleres literarios, mostrar a los alumnos que aprender a escribir mejor, más allá de las normas, incluso en el aspecto creativo, puede y debe ser divertido. Yo recuerdo con nostalgia las divertidas clases en Salamanca con Fernando Lázaro”. Pero no nos desviemos. Por ejemplo, la Real Academia lanza este otoño su Diccionario Esencial (Espasa). ¿Enseña a escribir mejor? Según José Antonio Pascual sí, aunque sólo sea porque “es una versión reducida y más coherente del Diccionario de uso habitual, en el que se han quitado algunas palabras en desuso y se han añadido otras. Y puede ayudar a escribir mejor si se utiliza, claro, porque la práctica, como en el deporte, es indispensable para perfeccionar el uso del idioma. Aunque para eso yo recomendaría también el de Bosque o el Casares. Todos ellos sirven, si el hablante quiere aprender”. Otra cuestión es si una vez acabados la escuela o curso literario, el autor en ciernes puede llegar a publicar en editoriales de prestigio. Alejandro Gándara comenta bienhumorado que por sus manos y en sus talleres, metafóricamente hablando, han pasado “muchísimos de los escritores que ahora están en primera fila. ¿Nombres? Que lo digan ellos. Pero qué quiere, en España tenemos la rémora de que nadie reconoce que ha tenido o querido estudiar para perfeccionarse. En Estados Unidos, Raymond Carver, Tobias Wolf, o Chuck Palahniuk, reconocen, mejor dicho, presumen de su paso por los talleres literarios y fomentan otros. Aquí, en cambio, prefieren ocultarlo como si fuese vergonzoso.”Lo que no oculta José Antonio Millán es su pasión por las palabras, protagonistas de su último libro, El candidato melancólico, que también podría ser otra manera de aprender a escribir. Porque sostiene Millán que la barbarie se frena con conocimientos: “Precisamente ‘bárbaro’ era el nombre que daban los griegos a quienes no hablaban como ellos, cuya lengua les sonaba como un balbuceo... Saber el origen de las palabras enriquece el vocabulario y hace que conozcamos mejor otras lenguas de nuestro entorno: es un antídoto contra el monolingüismo excluyente”. Y pone un ejemplo de evolución curiosa de una palabra...: “A mí me gusta mucho el caso del nombre de un pueblo europeo, que se llamaban a sí mismo slovene, que eran capturados por los griegos de Bizancio para venderlos, hasta tal punto que su nombre, deformado en esclavo, se convirtió en la denominación de las mercancías humanas. Y no para ahí la cosa, sino que como les inmovilizaban con cadenas, cada parte de estas recibió también su nombre: eslabón. Ah, y en Italia se puso de moda decir schiavo cuando te despedías de alguien (como cuando en español uno decía servidor), y eso llevó a la forma ciao, el chao de muchas variedades del español”. Y otro ejemplo, que demuestra que libros, manuales y escuelas no estén de más. Nos lo da Millán, y procede del campo de la publicidad: “La publicidad comete errores tremendos, por ejemplo en puntuación. En un carísimo anuncio de coches se lee: ‘No soy tonto, a menos que sea en el nuevo Renault Mégane, no vuelvo a pasear por el bosque’. ¡El que habla sólo es tonto en el interior de ese coche! Un punto o punto y coma tras ‘tonto’ (en vez de la coma) impediría esa lectura”.
Nuria AZANCOT

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6.- AGUA. Temas relacionados en TEMAKEL ...
*** EL SIMBOLISMO DE LAS AGUAS. Por Mircea Eliade. http://www.temakel.com/trtressaguasmeliade.htm

*** EL DON DE LA LLUVIA. Un pasaje de El hacedor de la lluvia, por Hermann Hesse
http://www.temakel.com/trtresthhesse.htm

*** “Quizá luego del conocimiento físico de los mares sea necesario una nueva mitología del mar y sus olas, de sus orillas y profundidades. Una mitología que le restituya al océano, al vientre líquido de la naturaleza, su aura de símbolo poético y misterioso.”

EL DESCUBRIMIENTO DE LOS MARES. De la naturaleza mítica a la naturaleza visible. Por Vitorino M. Gondinho http://www.temakel.com/trtresmar.htm